22.2.06

Ellos


El día había llegado. Hace una semana nos habían desafiado, a nosotros, el mejor grupo de amigos del barrio, y habíamos estado entrenando para ese evento, secreto y clandestino, la gran "batalla de los mejores grupos de amigos".
Ellos se atrevieron a decir que nosotros no éramos el mejor grupo de amigos. ¡Nosotros! ¡Que no sólo nos sentamos en la última fila de la clase uno al lado del otro, sino que compartimos la misma bombilla de mate desde siempre! ¡Nosotras que vamos al baño todas juntitas! ¡Nos presentamos a los hermanos respectivos, vamos a las citas a ciegas antes para evitar cualquier fiasco! Somos amigos, buenos amigos. Deberíamos tener una medalla. El grupo es excepcional.
Y ellos... ¡ellos y ellas! Que se pasean en sus cuatriciclos y compiten por la ropa. Se sacan la comida de la boca unos a otros por la cantidad de calorías y usan demasiado gel para el pelo...

Una de ellos vino una tarde a decirme: en este barrio no hay lugar para ambos grupos. Te reto, a vos y a tus amiguitos, a una batalla de preguntas, respuestas y desafíos. El ganador se lleva el orgullo.
La sangre hervía. Acepté.
Ese día llegamos al lugar convenido. Toda la escuela estaba ahí. Y el campeonato empezó.
Uno a uno mis amigos fueron derrotando a su grupo. Las preguntas eran demasiado fáciles. Nosotros eramos amigos por naturaleza, no por estudio de las masas.
Hasta que llegó mi turno. Con ella.
Todo el mundo estaba eufórico. Yo estaba segura, pero existía la remota posibilidad de que perdiera y eso me ponía ansiosa.
El juez le hizo la pregunta a ella: "¿alguna vez tomaste prestado un disco de un amigo y nunca lo devolviste?"
"Le presté uno mío y eso nos dejó tranquilos"
Se la contaron como válida. Después de todo lo es.
Entonces fue mi turno: "¿Te enamoraste alguna vez de un mejor amigo?"
Oh no. Tomé aliento: "ehmm, uhhh, ohh, drrrdd" balbuceé. ¡No podía ser!

Ganaron.


14.2.06

Dejaron su alma


Entonces digamos que voy a un recital. Me siento en la cuarta, quinta, décima fila.
El concierto empieza. No es una banda punk, porque no cumpliría con los propósitos de esta historia. Me gusta el punk pero no tanto el pogo, en cambio me gusta absorber lo que escucho. Por eso este recital, supongamos, es de algo melódico, algo que no me saque de mi asiento, pero a la vez algo bueno, muy bueno.
Como dije, el concierto empieza, la banda da a luz sus primeros acordes. Entonces, en realidad no estoy cómoda todavía, y mirando al escenario muevo mi trasero sobre el asiento de cuero o de lo que sea, varias veces. Pongo mi mano sobre mi mentón.
Va pasando el tiempo y hasta encuentro la comodidad suficiente como para cerrar mis ojos, y mirar la música.
Mi mente se enfoca en la guitarra, que suena desapercibida. Mi pierna baila junto con la batería, una y otra vez, y no me importa si la persona de al lado me mire extrañamente. Mis ojos aun están cerrados. Estoy observando a la música.
Entonces suenan más y más canciones, y en una de ellas, otra parte de mi cuerpo se compenetra. Mis oídos descubren un bajo saltarín pero profundo, que cuenta la misma historia diez mil veces.
Pero mi mente sigue a la guitarra y mi pierna salta y salta por los tambores.
Entonces al suspirar por semejante lavaje de alma la voz penetra en mi garganta, la voz grave y melancólica.
Hasta que todo termina y me voy de ahí junto con los otros absortos que caminan como zombies.

Pero mi mente se va con el guitarrista, van, quizás, a algún bar donde consumirán alcohol y escribirán canciones.
Mis piernas se van con el baterista, y quien sabe, quizás tengan sexo con una groupie.
Mis oídos con el bajista, y quizás escuchen los reclamos de una esposa que prefería un esposo médico.
Y mi voz, se fue con su voz. Y duerme.
Pero mi alma, mi alma quedó en ese asiento.



N. del A: Ninguna Groupie fue lastimada para la realización de este post.


7.2.06

Estudio sobre el MSN y su incidencia en la estupidez humana


Hoy: el idiota

1) Te agrega porque le pasó tu msn el amigo de un amigo de un amigo que se sentó justo a su lado en el ciber.
2) Te hablan y te hablan aunque no les des bola, o sea no toman una indirecta aunque les golpee en la cabeza.
3) Te envían zumbidos y te preguntan si estás.
4) Ponen la cámara aunque cierras la ventana miles de veces.
5) Sacan conclusiones estúpidas.
6) Te malinterpretan.
7) Tienen errores de ortografía y de puntuación, lo cual significa que encima tenés que descifrar lo que dicen.
8) Te piden foto aun antes de decir "Hola". Si no, te preguntan insistentemente como sos.
9) Deben tener dos contactos: vos y su amigo pelotudo, por eso contestan tan rápido.
10) Se pasan los contactos de mujeres entre ellos.
11) Te cuentan cosas de su vida re colgadas y que no tienen nada que ver.
12) Dicen "ok" todo el tiempo.
13) Te preguntan quien sos de donde venís y cuantos años tenés CADA VEZ que te conectás.